Tres horas y media duró la ocupación de cientos de fanáticos del presidente Trump; «sean salvajes», les había arengado el aún mandatario.

Luego de que una simpatizante del presidente Donald Trump que fue herida de bala este miércoles durante el asalto de manifestantes conservadores al Capitolio y posteriormente falleció, la cifra de muertos creció a cuatro, indicaron fuentes policiales a varios medios estadounidenses.

La  versión de los cuatro muertos la dio el jefe de la policía de Washington DC, Robert Contee. No dio más detalles de por qué las otras tres personas estaban en emergencias médicas antes de su fallecimiento.

La mujer fue trasladada de emergencia con una fuerte hemorragia ocasionada por un disparo que le alcanzó el cuello y que fue efectuado por un miembro de la seguridad de la sede legislativa durante el asalto de centenares de manifestantes por la fuerza y que se prolongó durante varias horas de tensión.

Según estas fuentes, un miembro de las fuerzas de seguridad disparó contra la mujer dentro del Capitolio durante el caos en la toma de las instalaciones por una multitud.

Una cadena de televisión local de San Diego (California) identificó a la fallecida como Ashli Babbit, una simpatizante de Trump vecina de la ciudad, que había servido durante 14 años en la Fuerza Aérea y que durante su tiempo como militar tuvo un «alto nivel» de acceso de seguridad.

El asalto al Capitolio se produjo poco después de que las dos cámaras convinieran para certificar los votos del Colegio Electoral que han dado como ganador de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre al demócrata Joe Biden sobre Donald Trump.

Los miembros de seguridad y policiales del Capitolio desenfundaron sus armas en el interior de la sede del Legislativo mientras los legisladores y el propio vicepresidente, Mike Pence, que iba a presidir las sesiones de este miércoles, eran evacuados de emergencia.

Trump pidió en un video publicado en las redes sociales que los manifestantes regresaran a casa «en paz», pero reiteró las acusaciones de fraude, sin fundamento, que han llevado a miles de personas a ocupar Washington.

Durante la mañana, el presidente arengó a sus seguidores y volvió a asegurar que le han robado la victoria electoral ilegalmente.

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