Internacional

La representante de los derechos humanos en la organización afirmó que decidió su próximo paso hace unos meses.

Michelle Bachelet, responsable de derechos humanos de Naciones Unidas, no buscará un nuevo mandato de cuatro años, así lo dijo hoy tras un primer periodo empañado por las críticas a su respuesta al tratamiento que reciben de China las comunidades uigures y otras minorías musulmanas en la región occidental de Xinjiang.

Bachelet hizo el anuncio en su mensaje de apertura de la sesión del Consejo de Derechos Humanos. Su intervención en la sesión, dijo, «será la última en la que informo» al organismo de 47 miembros, respaldado por la ONU. 

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que escoge al jefe de derechos de la ONU, reiteró hace poco su apoyo a Bachelet, criticada por Estados Unidos y otros por supuestamente no hacer suficiente contra los supuestos abusos de derechos en Xinjiang durante su viaje a China el mes pasado, cuando se reunió con el presidente, Xi Jinping, y otros altos cargos.

Bachelet, de 70 años y ex presidenta de Chile, asumió el cargo en septiembre de 2018 y expresó de inmediato su esperanza de visitar China y revisar por sí misma la situación de derechos en Xinjiang.

Tras una breve conferencia de prensa en China al terminar su viaje el 28 de mayo del presente año, Bachelet aprovechó el discurso del lunes ante el consejo de derechos para dar más detalles sobre sus conversaciones con las autoridades chinas.

Dijo haber expresado su preocupación por la detención arbitraria y el «patrón de abusos» contra uigures y otras minorías de mayoría musulmana en Xinjiang. La funcionaria señaló que su esperado reporte sobre la situación de derechos en Xinjiang -donde según algunas voces críticas, los uigures han sido sometidos a un genocidio- se está «actualizando» y se compartirá con las autoridades de Beijing «para comentarios sobre hechos» antes de su publicación.

China ha rechazado las acusaciones y defiende sus «centros de formación y educación vocacional», que las voces críticas describen como centros de detención. Human Rights Watch publicó la semana pasada un comunicado de 230 grupos activistas que representaban a personas de Xinjiang, Tíbet, Hong Kong y otros lugares de China y que pedían la renuncia de Bachelet. En el documento, los grupos la acusaban de «blanquear las atrocidades de derechos humanos del gobierno chino» durante su visita.

En su discurso de recapitulación, Bachelet enumeró una serie de preocupaciones, como la inflación, la creciente inseguridad alimentaria, las preocupaciones sobre el medio ambiente y preocupaciones específicas de algunos países. Se refirió a un posible brote grave de covid-19 en Corea del Norte si no se emprende una campaña de vacunación allí y pidió a la comunidad internacional que «relaje las sanciones» para permitir que la ayuda internacional y contra la pandemia llegue a la gente en el país.

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