Internacional

Expertos pronostican que para el 2050 Irak va ha carecer de recursos hídricos, ya que es considerado uno de los países más vulnerables al cambio climático y la desertificación.

Después de una primera tormenta que envolvió la mayor parte de Irak a finales de la semana pasada, la capital y el centro del país se despertaron nuevamente sumergidos en una luz anaranjada, pues este martes Irak se vio afectado por el segundo fenómeno de este tipo causando hospitalizaciones por problemas respiratorios y el cierre temporal de los aeropuertos internacionales de Bagdad y Nayaf.

Las nubes, muy bajas, limitaban la visibilidad. En las calles de Bagdad, numerosos transeúntes llevaban máscaras desechables para protegerse del polvo, que depositaba una fina capa sobre edificios y coches, según periodistas de la AFP.

Los aeropuertos internacionales de Bagdad y Nayaf, ciudad santa chiíta del sur del país, que recibe a miles de peregrinos de todo el mundo cada año, suspendieron sus operaciones durante la mañana, lo que provocó la cancelación de decenas de vuelos. Según fuentes del aeropuerto, ambos se reabrieron a primera hora de la tarde gracias a una mejoría de las condiciones.

Aunque las tormentas de arena y polvo son frecuentes en primavera en Irak, el director de los servicios meteorológicos, Amer Al Jabri, afirma que probablemente aumentarán en este país semidesértico.

Irak es uno de los países más vulnerables al cambio climático y la desertificación. En noviembre pasado, el Banco Mundial estimó que, debido a esto, el país podría sufrir una caída del 20 por ciento de sus recursos hídricos de aquí a 2050.

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