Las condiciones de tránsito aéreo no se habían revisado ni actualizado desde el 2008; ahora las operaciones civiles y militares se complementarán, así como los vuelos del AICM, el aeropuerto de Toluca y el AIFA.

Después de dos años de trabajo, ya todo está listo para que comience a operar el Aeropuerto Felipe Ángeles de Santa Lucía, construido en lugar del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) que estaría en Texcoco, con el rediseño del espacio aéreo del Valle de México para dar cabida a las operaciones simultáneas de los aviones que usen el nuevo aeropuerto a partir de marzo de 2022.

El rediseño permitió acondicionar el espacio para que las aeronaves de los aeropuertos Benito Juárez de la Ciudad de México, de Toluca y de Santa Lucía puedan transitar sin interferirse.

En entrevista, Víctor Hernández, director general de los Servicios a la Navegación para el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), dijo que “ese espacio se va a publicar el 16 de diciembre, prácticamente era la última pieza del rompecabezas que faltaba, se completa todo el espacio aéreo del área metropolitana”.

El trabajo de diseño de los espacios aéreos empezó en septiembre de 2019.

“Al hacer ese rediseño, lo que se consideró fue el área específica para el aeropuerto de Santa Lucía, que ya sabíamos que venía; por lo tanto, se dejó reservado ese espacio y hoy en día, con ese espacio que se va a publicar el 16 de diciembre, que prácticamente era la última pieza del rompecabezas que faltaba, se completa todo el espacio aéreo del área metropolitana”, asegura el director de SENEAM.

“Prácticamente tenemos firmado todo, ya firmamos el último acuerdo pendiente, que fue con la Fuerza Aérea, en un ambiente de respeto, cordialidad y cooperación; firmamos el acuerdo en donde vamos a establecer ya el control civil para el aeropuerto de Santa Lucía y ellos van a establecer sus mecanismos y protocolos de aviación militar… Es una combinación que es muy importante, porque debemos combinar las operaciones civiles con las operaciones militares”, explicó el funcionario.

El principal reto de SENEAM, al acondicionar el espacio aéreo para el aeropuerto de Santa Lucía, fue hacer compatibles los trazos destinados para la aviación civil con las rutas que ya usaba la aviación militar.

Ahora ya se tiene toda la información sobre cómo es el terreno del aeropuerto, la altitud a la que se encuentra, cómo soplan los vientos, cómo son las condiciones meteorológicas predominantes, qué aeropuertos hay alrededor y qué tipos de aviones van a estar operando.

Tan sólo para Santa Lucía se abrieron 80 rutas, que en conjunto con las de Ciudad de México y Toluca dan un total de, al menos, 130 rutas para los aviones que interactúen desde los tres aeropuertos del Valle de México.

El reacomodo de las rutas, que concluyó a inicios de 2021, ya era necesario, pues las condiciones de tránsito aéreo no se habían revisado ni actualizado desde el 2008, lo que dio como resultado una distribución más equitativa de las entradas y salidas en el espacio del Valle de México y por consiguiente, a decir de Hernández, una reducción en las demoras no de los servicios aeroportuarios, sino de la navegación.

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