La mayor colaboración periodística de la historia revela los tesoros ocultos de políticos, empresarios, artistas y deportistas de élite.
Una filtración de más de 11,9 millones de documentos confidenciales ha sacado a la luz las fortunas secretas de algunas de las personas más influyentes y conocidas en el mundo. Los Papeles de Pandora, la mayor colaboración periodística de la historia, abre las puertas de la industria offshore, un mundo de fideicomisos opacos, empresas de papel, beneficiarios ocultos y poderosos despachos legales. Estas son las claves para entender la investigación, que permiten observar esa industria desde su propio centro neurálgico.
«Papeles de Pandora» (o Pandora Papers) es el nombre de una investigación periodística basada en una gran filtración de documentos confidenciales de 14 despachos de abogados especializados en la creación de sociedades en países como Panamá, las Islas Vírgenes Británicas o las Bahamas. Los documentos abarcan más de cinco décadas de registros y permiten reconstruir quiénes, dónde y para qué se crearon estas estructuras, datos que de otra forma no se hubieran hecho públicos.
La investigación se ha desarrollado a lo largo de casi dos años e incluyó el análisis de documentos de texto, hojas de cálculo, correos electrónicos e imágenes, entre otros archivos. Hay actas de constitución, registros de accionistas, facturas, pasaportes, diarios de viaje… Entre todos, componen un retrato sin precedentes de la cara oculta de las finanzas internacionales y arrojan luz sobre los secretos de los paraísos fiscales y los profesionales que actúan como puente para llegar a estas jurisdicciones.
La filtración señala a más de 27.000 compañías y a casi 30.000 de sus beneficiarios. Argentina es el país latinoamericano con mayor presencia de beneficiarios finales y el tercero que más aparece en toda la filtración, según el análisis del ICIJ. Brasil, Venezuela y Guatemala también están en los primeros 10 lugares en los conteos por país.
Al menos 14 multimillonarios mexicanos tienen alguna conexión, ya sea directamente o a través de familiares, con los despachos dedicados a crear empresas offshore.
Los negocios y fortunas ubicadas en los paraísos fiscales más secretos del planeta tienen nombre y apellido: María Asunción Aramburuzabala, Fernando Chico Pardo, Alberto Baillères, Germán Larrea, familiares de Salinas Pliego, Leopoldo Espinosa Abdala, los herederos Azcárraga, la nieta del fundador de Arca Continental y Olegario Vázquez Raña y su familia.
Todos ellos contrataron los servicios de ejecutivos bancarios, intermediarios y firmas legales, atraídos por las capas y barreras de protección que ofrecen las empresas de papel y los fideicomisos opacos para trasladar sus fortunas a jurisdicciones offshore.
Una revisión de los «Pandora Papers» descubrió que al menos 3,047 mexicanos o residentes de este país movieron parte de su patrimonio a más de 20 lugares en el mundo que ofrecen tasas impositivas más bajas o nulas, a través de la creación de 1,913 empresas, fundaciones y fideicomisos difíciles de rastrear.
El dueño de Grupo México, quien recientemente obtuvo un contrato millonario para construir uno de los tramos del Tren Maya, se hizo de una propiedad en Vail, el famoso destino de esquí en Colorado, con un valor de 6.2 millones de dólares a través de su offshore Albermarle Overseas Limited, creada en 2013, según los Pandora Papers.
María Asunción Aramburuzabala, nieta del fundador de la cervecería Modelo y exaccionista de Televisa, utilizó entidades offshore en Estados Unidos para adquirir lujosas propiedades. En 2006 compró una mansión de 6.8 millones de dólares, con seis habitaciones, una sala de cine, una cava y un spa, en el exclusivo condominio The Colony de Park City, en el destino de esquí de Utah, a través de la firma DC 16 Inc., basada en Delaware, un estado al este de la Unión Americana que se ha convertido en un destino atractivo para quienes buscan llevar su dinero al extranjero.
La investigación de los Pandora Papers ofrece un asomo inédito a las estrategias que utilizan los mexicanos para proteger su patrimonio y resguardar su riqueza fuera del país. Para los estratos más altos de la sociedad el pagar menos impuestos no es la única razón para llevar su dinero a los paraísos fiscales, otros de los motivos por los que recurren al sistema offshore son por la inseguridad y la falta de certeza jurídica en el país.