El presupuesto sí contempla 655 millones para la construcción y modernización de los puntos de entrada en la frontera con México y Canadá.
El primer presupuesto federal de la era Biden contempla un aumento inédito del gasto público a 6 billones de dólares para el año fiscal 2022, incluidos 54 mil 200 millones de dólares para el Departamento de Seguridad Interna, pero cero dólares para construir nuevos tramos del muro en la frontera.
La petición presupuestal, que aún requiere ser aprobada por el Congreso, cambia las prioridades de la política migratoria de la era Trump con la solicitud de unos 3.3 mil millones de dólares para la agencia dedicada a atender a los niños migrantes no acompañados y solicitantes de asilo, un incremento de 1.4 mil millones de dólares respecto de la era Trump.
Para asegurar “el trato seguro y humano” de los migrantes, Biden aporta 163 millones para servicios migratorios en la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) a fin de llevar a cabo consultas y evaluaciones de salud, equipos de diagnóstico médico, instalaciones de tratamiento, seguimiento de enfermos y apoyo para el manejo de enfermedades infecciosas.
Además, incluye 30 millones de dólares para la reunificación de familias separadas por Trump, un programa que inició el mes pasado. “El presupuesto no incluye nuevos fondos para la construcción del muro fronterizo y propone la cancelación de los remanentes del año fiscal previo a la construcción del muro, que no hayan sido erogados cuando el Congreso apruebe la ley de gastos”, señala la petición oficial.
Sin embargo, el presupuesto sí contempla 655 millones para la construcción y modernización de los puntos de entrada en la frontera con México y Canadá, además de 52 millones de dólares para instalar nuevas balizas de rescate para localizar migrantes en emergencia.
Aunque el presidente Biden ha reducido las detenciones y deportaciones de migrantes a nivel récord, su presupuesto agrega una asignación de 2.8 mil millones de dólares para operaciones de cumplimiento de las leyes migratorias.
A fin de abatir el rezago en trámites migratorios acumulados durante los cuatro años de Trump, Biden solicitó asignar 345 millones de dólares al presupuesto de la Oficina de Ciudadanía y Servicios Migratorios para realizar 125 mil admisiones de refugiados y modernizar sus sistemas de operaciones, así como la contratación de 100 jueces migratorios para acelerar los procesos legales.
Sorpresivamente, su presupuesto incluye nuevos fondos para los polémicos acuerdos que permiten a las autoridades policiales locales actuar como agentes migratorios para la identificación y remisión de inmigrantes, a pesar de que Biden había prometido que serían eliminados.
Ante esto, el presupuesto de Biden recibió críticas por preservar algunos de los aspectos más duros de la política de la era Trump.