Un grupo armado atacó a balazos e incendió un inmueble deshabitado la noche del viernes 20 de diciembre en el fraccionamiento El Toreo, en Mazatlán, Sinaloa. El edificio, que antes funcionaba como un centro de rehabilitación, está ubicado sobre la calle Curro Rivera.

Vecinos de la zona alertaron a los cuerpos de emergencia tras escuchar una ráfaga de disparos y una explosión alrededor de las 23:00 horas. Cuando los bomberos y elementos de seguridad arribaron al lugar, encontraron que el fuego se limitaba a un sillón en la parte frontal del inmueble. En el lugar no había nadie, por lo que no se registraron víctimas ni heridos.

El inmueble había funcionado anteriormente como un centro para personas con problemas de adicción, pero en la actualidad solo era utilizado como una especie de bodega.

Las autoridades locales, incluyendo la Secretaría de Seguridad Pública, el Ejército Mexicano y la Fiscalía General del Estado de Sinaloa (FGE), acordonaron el área para iniciar las investigaciones pertinentes.

Los peritos que acudieron al sitio identificaron impactos de bala en la fachada y rastros de material inflamable, posiblemente gasolina. También se analizan restos de cristales rotos y material que podría pertenecer a un artefacto incendiario casero, como una bomba molotov, sin que hasta el momento se tenga el resultado del análisis.

Este atentado ocurre menos de 24 horas después de un ataque similar registrado la noche del jueves 19 de diciembre en un centro de rehabilitación ubicado en la colonia Jacarandas, al sur de Mazatlán. En ese caso, un grupo armado disparó contra el inmueble antes de incendiarlo, dejando 18 personas heridas.

De acuerdo con la Secretaría de Salud de Sinaloa, tres de las víctimas del ataque en Jacarandas permanecen en estado crítico debido a quemaduras que afectan entre el 10 % y el 20 % de su cuerpo. Uno de los heridos está intubado, mientras que los demás reciben atención médica en el Hospital General de Mazatlán y el ISSSTE de la misma ciudad.

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, confirmó que las investigaciones están en curso y que se busca determinar si ambos ataques están relacionados. Las primeras indagatorias apuntan a que los inmuebles fueron blanco de ataques deliberados, posiblemente vinculados a conflictos entre grupos delictivos que operan en la región.

La Vicefiscalía Zona Sur de Sinaloa está a cargo de las investigaciones para esclarecer los hechos y determinar si existe un vínculo entre ambos ataques. Las autoridades no han descartado la hipótesis de que los atentados estén relacionados con disputas internas del Cártel de Sinaloa, que han generado una escalada de violencia en el estado desde la captura de Ismael “El Mayo” Zambada en julio pasado.

En respuesta a estos incidentes, el gobernador Rocha Moya anunció medidas inmediatas para reforzar la seguridad en los centros de rehabilitación de Mazatlán y otras ciudades del estado. Entre las acciones se incluyen la reubicación temporal de internos a instalaciones más seguras, la vigilancia constante en estos espacios y una revisión exhaustiva de la regulación de los centros de rehabilitación.