Esta vez la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, ya dio muestras de la estrategia de seguridad de su gobierno y, eso, es una gran noticia; sin embargo, la mala, es que parece que otra vez irá centrada en responsabilizar a Felipe Calderón de todo lo que, 12 años después, su antecesor no pudo cambiar. La estrategia presentada en su conferencia mañanera que, dicho sea de paso, se le nota incómoda con ese nivel de exposición diaria, está basada en cuatro ejes: prevención, atención a las causas, inteligencia y presencia. Además, acotó que, en su gobierno, no se hará una “guerra contra el narco” como en los tiempos de Calderón (porque hay que usar la vieja confiable), pues ese esquema no resolvió el problema y solo trajo ejecuciones extrajudiciales, algo que según la diputada federal Andrea Chávez, no pasa en nuestro México.

Pero vamos a analizar los ejes rectores de su estrategia; en primera instancia, habla de prevención y, sí, en un tema de seguridad civil, no está mal, pero su enfoque debería estar apuntando hacia un México en el que la fuerza civil está rebasada por el crimen organizado; por eso es que la Guardia Nacional se va a nutrir de militares, porque no se pudo con una fuerza netamente civil. Este México, el de verdad, no el que ve Andrea Chávez cuando consume hongos, cómo hablas de prevención en lugares como Sinaloa, Guerrero, Zacatecas, Tamaulipas, Colima, Michoacán, por enlistar algunos y donde, por cierto, ya gobierna Morena; qué vas a prevenir si estamos hablando de que el crimen organizado le quita los vehículos a alcaldes, sin mencionar las decenas de casos de civiles comunes y corrientes; qué vas a prevenir si degüellan a un presidente municipal; qué vas a prevenir si, poniéndolo en términos de protección civil, quieres que revisen las instalaciones eléctricas cuando ya tienen incendiado el país. De qué carajos hablamos con prevenir, si la violencia ya está desbordada y está afectando a la sociedad a múltiples niveles. Está bien, pensemos en prevenir el siguiente incendio, pero ahorita hay que apagar este.

El segundo eje, de atención a las causas, me parece genial, pero nuevamente suena muy bien en el discurso, pero en la práctica, su estrategia podría ser igual de fallida que los programas sociales y acusarlos con sus abuelitos. ¿Un programa “barrio adentro”? ¿En serio? Exitoso en Ciudad de México, asegura, donde ya casi no te asaltan en moto ni se suben a las combis a asaltar, ni matan gente para quitarle lo que sacó del banco… A ver, no dudo que haya mejorado un poco en algunos sectores de CDMX, pero estamos hablando de una estrategia nacional, no de los cholos de la esquina que van a dejar de hacer grafiti y fumar ‘mota’ para hacer algo productivo y encausar su arte. Con eso vamos a enfrentar las causas de aquellos que son obligados, no solo por la pobreza, sino por el mismo crimen organizado, a participar de sus actividades delictivas? No lo hicieron las becas Benito Juárez. No lo hicieron las de Jóvenes Construyendo el Futuro. No lo hizo el Sembrando Vida porque en la Sierra Madre Occidental siguen reclutando, a voluntad o en contra de ella. Presidenta, la atención de causas no es mala, pero tampoco significa una estrategia a corto plazo y, eso, es lo que necesita el país, por si no lo había notado.

Inteligencia y presencia, lo podemos revisar de manera conjunta, el tema es si entendemos lo mismo por inteligencia, cuando las estructuras de seguridad pública y seguridad nacional, están enmohecidas por quienes pagan por ‘pitazos’ y por quienes están mejor armados que los que pueden ser mejores estrategas. ¿La inteligencia sería como cuando, sí, capturaron a Ovidio Guzmán y luego tuvieron que recular porque les reventó la granada en las manos? O sería una inteligencia como la del general que dijo que la llegada de la paz dependía de que los señores dejaran de darse de balazos… Presencia, pero sin guerra contra el narco; ¿entonces vamos a tener presencia de la fuerza pública pero solo estarán de floreros? Porque en Sinaloa, por seguir en el ejemplo, la presencia sirve de poco si no le van a ‘atorar a los fregazos’. Se trata de una verdadera estrategia de seguridad o solo es una estrategia mediática para calmar la opinión pública y los youtubers ‘apoyados’ por el régimen sigan generando una percepción de aire.

En fin, ojalá me calle la boca con resultados, porque aquí no importa que yo tenga razón o no, sino que, quienes día a día están siendo víctimas de la violencia, de las desapariciones forzadas, de los cobros de piso y de tantos otros temas, puedan vivir en paz, una paz verdadera y no una paz de conferencia mañanera, donde las cifras se tienen que mostrar con maquillaje para que no se nos caiga el teatro de una utopía social de cuento de hadas.

Alejandro Flores de la Parra.

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