Somos una sociedad hipócrita que “ama” a los perros pero no gasta 1 peso para educarlos.
Por: Aarón Quiñones
De unas semanas para acá se han venido presentando incidentes fuertes, importantes, en el tema de la tenencia de mascotas y su cuidado, asimismo de la protección animal y de la salud mental, asuntos que son sin duda los perdedores más grandes de las 70 legislaturas que tiene el Congreso del Estado de Durango por que muy pocos diputados han hecho algo por atenderlos y sobre todo actualizarlos.
Vamos a comenzar con el tema de la colonia Emiliano Zapata, ahí un sujeto identificado como Pablo David “N” de 46 años de edad, adicto a la marihuana y al cristal (según su propio testimonio a los oficiales), amenazó a la dueña de un domicilio ubicado entre las calles Unidad Popular y Francisco Villa. En su estado intoxicado tomó a su mascota llamada “Tobie”, lo asesinó y en sus alucinaciones macabras lo clavó en forma de amenaza a un poste frente a la casa de la mujer que horrorizada llamó a la policía, acudiendo tanto la ambiental como la preventiva. Una vez ahí aprehendieron al alucinado sujeto que balbuceaba improperios e insultos.
Dias después el Juez Cívico municipal Mario Pozo, dio a conocer que Pablo David cometió un delito y no podía ser tratado como falta administrativa que se marca en el reglamento municipal y por ende le correspondía a la Fiscalía estatal comenzar un proceso en su contra.
En una declaración la Fiscal estatal Sonia Yadira de la Garza aseguró que la muerte del perrito no quedaría impune; el Código Penal del Estado de Durango establece el delito de maltrato o crueldad contra los actos de crueldad intencionales contra cualquier especie de animal doméstico o adiestrado, en los términos que señala la Ley de Protección y Bienestar Animal para la Sustentabilidad, por lo que dejan fuera a los animales silvestres. Las penas pueden alcanzar hasta los seis años de prisión más multas. En el 2016 se adicionó como delito la organización de peleas de perros.
Sin embargo, el órgano encargado de hacer valer esa Ley, la Procuraduría de Protección al Medio Ambiente, fue desparecido en abril del 2021 bajo la instrucción del propio Congreso estatal, lo que significa que será otro apéndice de la Fiscalía estatal la que se encargue de llevar el caso de Tobie.
Recientemente también una perrita de la raza pitbull, que había parido a sus cachorros, atacó a un niño que intentó tomar uno de ellos, esto en un patio en la colonia Centenario del municipio de Lerdo. El infante quedó grave y se sabe tendrá secuelas importantes en su salud.
Hace unos días una mujer fue mordida por dos perros de esta misma raza en un domicilio de la colonia La Virgen, a través de las redes sociales hizo la denuncia puesto que el dueño de los canes evidentemente no realizó el trabajo adecuado ni en su tenencia, cuidado y mucho menos en su educación por que sí mis estimados “amantes de los animales” tienen que educarse ustedes y los canes.
Pero que hacer en estos casos, los animales en todas las situaciones evidentemente son los menos culpables, pero si las personas que los tienen en sus casas y cuya creencia popular me atrevo a decir es generalizada, el clásico y consabido “no pasa nada”; el 99 por ciento tienen razón, nadie los sanciona por que no les limpia y viven entre sus excrementos y orina, nadie va a sancionar a una persona por tener un perro de raza grande en un patio de 5 metros cuadrados, nadie los va a sancionar por sobrealimentarlos o por tenerlos con hambre para que sean feroces, nadie los sanciona por tenerlos amarrados al sol, por ponerles ropa, por pintarles o cortarles el cabello de cierta forma y mucho menos por reproducirlos para su venta, nadie …
Muchas de estas situaciones no se contemplan en la propia Ley que no toca el número de metros que el animal necesita correr diariamente para su salud, el tipo de adiestramiento y aditamentos que debe de tener un perro que sale a la calle, cuando se recomienda la eutanasia, y el número de partos que debe de tener cada hembra, toda esa información que parece tan especifica y especializada es la que se debe de difundir y obligar a cumplir a los propietarios de una mascota.
Somos nosotros la sociedad en general la responsable de este problema, queremos animales de compañía, peludos, cariñosos y fieles, pero no queremos recoger sus heces, mucho menos gastar en su educación, en alimentación adecuada, en entrenamiento o en un espacio necesario para su desarrollo. Los perros se han vuelto tan importantes en la salud mental de las personas que los hacemos sustitutos del propio cariño de otros seres humanos pero confundimos y olvidamos darle el respeto que se merece la especie, ser tratada dignamente no como un objeto para nuestro confort, sino como un acompañante, un amigo que necesita el mismo respeto con el que nosotros queremos ser tratados.