Con la brújula mirando hacia el norte y el análisis de calado profundo, el virtual secretario de Economía del próximo gobierno, Marcelo Ebrard, se atreve: Estados Unidos se está convirtiendo en un país a la defensiva porque siente una competencia creciente con China y de pronto se dieron cuenta de que son muy dependientes. Estados Unidos va a necesitar de México para poder competir.

Ebrard relata cómo llegó a la secretaría. Mira, esto fue producto de una conversación que tuve con la doctora Sheinbaum, pensando en los años por venir y la gran tarea de la 4T, su segundo piso; cómo sería, qué riesgos tiene, qué posibilidades, y yo le decía que veo un gran riesgo, pero al mismo tiempo una gran oportunidad.

Y habla del riesgo: “en lo que viene no es nada más Trump, es un proteccionismo creciente en Estados Unidos, es un consenso, estamos en una posición política con Estados Unidos distinta a la que observamos hace algunos años. Ese es el principal riesgo. Hay una especie de consenso proteccionista; por ello, la revisión del tratado de libre comercio con Estados Unidos y, en general, la relación comercial con ellos podría ser más compleja.

La oportunidad es que hay una relocalización, es decir, las empresas norteamericanas que tienen tecnología más avanzada y que importan tecnología de Asia lo que quieren es traerla a Norteamérica para no depender. Pongo un ejemplo: un vehículo nuevo, de los eléctricos, tiene 75 de sus componentes en microprocesadores y los traen de Asia, no se producen en Norteamérica, entonces se dieron cuenta de que eran muy dependientes.

Marcelo Ebrard cuenta cómo parte de esta información surgió en una reunión con Blinken y los funcionarios de la administración de Biden y ¡qué paradoja, ahora Estados Unidos habla de dependencia!, pero tienen razón, explica el próximo secretario de Economía, quien señala que la producción de esos microprocesadores debe estar en México, Canadá y Estados Unidos. Hay una gran oportunidad al mismo tiempo y hay un riesgo, porque en esa relocalización tú puedes atraer a México inversiones que no están basadas, como se pensó en el neoliberalismo, en una mano de obra barata, sino al contrario, en una mano de obra productiva y en inversiones de alto contenido tecnológico. Esa conversación la estoy resumiendo mucho, se la conté completa a la doctora Sheinbaum, pero muy probablemente dio lugar a que ella pensara que yo podía ayudar en esa área donde hay retos muy importantes.

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