Al menos 95 personas murieron y más de 200 resultaron heridas ayer al estallar con minutos de diferencia dos bombas contra una multitud en Irán que conmemoraba al general asesinado por Estados Unidos, Qasem Soleimani, en el cuarto aniversario de su muerte, informaron los medios estatales iraníes.

Las explosiones, que ocurrieron en intervalo de 15 minutos, tuvieron lugar cerca de la mezquita Saheb al Zaman, donde se encuentra la tumba de Soleimani, en la ciudad de Kermán. Nadie se ha adjudicado la autoría de lo que es el atentado más mortífero en Irán desde la revolución islámica de 1979.

La agencia oficial de noticias IRNA indicó al principio que 103 personas murieron y la televisión estatal afirmó que 211 personas resultaron heridas, algunas de ellas de gravedad. Más tarde, el ministro de Salud, Bahram Eynollahi, declaró que el número exacto de fallecidos en el atentado terrorista es 95, después de que las autoridades eliminaron nombres repetidos.

De acuerdo con IRNA, la primera explosión se produjo a 700 metros de la tumba de Soleimani, líder de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, quien murió en un ataque estadunidense con drones en 2020 a las afueras del aeropuerto de Bagdad, en Irak, y la segunda a un kilómetro de distancia.

Imágenes difundidas por Internet mostraron a la multitud tratando de huir del lugar mientras el personal de seguridad acordonaba la zona. Íbamos hacia el cementerio cuando, de repente, se detuvo un vehículo detrás de nosotros y explotó una papelera que contenía una bomba, declaró un testigo a la agencia de noticias ISNA. Al anochecer, la multitud regresó al lugar de los hechos coreando: ¡Muerte a Israel! y ¡Muerte a Estados Unidos!

El presidente iraní, Ebrahim Raisi, afirmó que los autores de este acto cobarde pronto serán identificados y castigados por las capaces fuerzas de seguridad y del orden público.

Mohammad Jamshidi, asesor de Raisi, expuso: Washington dice que Estados Unidos e Israel no tuvieron nada que ver con el atentado terrorista en Kermán. ¿De verdad? (…) No se equivoquen. La responsabilidad de este crimen recae en los regímenes estadunidense y sionista, y el terrorismo es sólo una herramienta.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, prometió una dura respuesta a los enemigos de la nación”, sin nombrar responsables .

La república islámica decretó un día de luto nacional y el presidente Raisi anuló un desplazamiento previsto para hoy a Turquía.

Estados Unidos negó estar involucrado de ninguna manera, y un alto funcionario afirmó que parece un ataque terrorista, el tipo de cosas que EI (el grupo Estado Islámico) realiza. Israel, enemigo declarado de Irán, no se quiso pronunciar sobre el ataque. Estamos centrados en la lucha contra Hamas, declaró el portavoz del ejército, Daniel Hagari. Irán libra desde hace tiempo una guerra en la sombra de asesinatos y sabotaje con su enemigo Israel, además de combatir contra varios grupos yihadistas. En septiembre, la agencia de noticias Fars informó que un operativo clave afiliado al grupo Estado Islámico, encargado de llevar a cabo operaciones terroristas en Irán, fue detenido en Kermán.

Las deflagraciones se produjeron en plena tensión en Medio Oriente, y un día después de que el número dos de Hamas muriera en un ataque en Beirut, acto que las autoridades libanesas atribuyeron a Israel. Así, el movimiento de revolución islámica, aliado de Irán, denunció el atentado criminal.

El presidente ruso, Vladimir Putin, condenó el ataque escandaloso por su crueldad y su cinismo. Irak lo calificó de acto terrorista al igual que la Unión Europea, que expresó su solidaridad con el pueblo iraní. La cancillería de Arabia Saudita expresó su solidaridad con Irán en este doloroso suceso. Venezuela y Cuba también reprocharon el acto criminal. El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, repudió firmemente la doble explosión.

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