Las autoridades federales en Estados Unidos han estado investigando a casi 5,000 pilotos sospechosos de falsificar sus historiales médicos para ocultar que recibían prestaciones por trastornos mentales y otras afecciones graves que podrían incapacitarles para volar, según se desprende de documentos y entrevistas.
Los pilotos investigados son veteranos militares que declararon a la Administración Federal de Aviación que estaban lo bastante sanos para volar, pero no informaron -como exige la ley- de que también recibían prestaciones por discapacidades que podían impedirles volar.
Los investigadores de la oficina de Asuntos de Veteranos (AV) descubrieron las incoherencias hace más de dos años al cotejar las bases de datos federales, pero la FAA ha mantenido en secreto muchos detalles del caso.
El portavoz de la FAA, Matthew Lehner, reconoció en un comunicado que la agencia ha estado investigando a unos 4.800 pilotos “que podrían haber presentado información incorrecta o falsa como parte de sus solicitudes médicas”. La FAA ha cerrado ya cerca de la mitad de esos casos, dijo, y ha ordenado a unos 60 pilotos -que según Lehner “suponían un claro peligro para la seguridad aérea”- que dejen de volar de urgencia mientras se revisan sus historiales.
Alrededor de 600 de los pilotos investigados tienen licencia para volar en compañías aéreas de pasajeros, según un alto funcionario estadounidense familiarizado con el asunto que habló bajo condición de anonimato para hablar de un caso en curso. La mayoría de los demás tienen licencias comerciales que les permiten volar por cuenta ajena, por ejemplo con empresas de carga, clientes corporativos o compañías turísticas.