Al menos dos personas que se aventuraron a bañarse en aguas dulces en Estados Unidos han muerto tras contraer una ameba que devora el tejido cerebral, su nombre científico es Naegleria follera. La victima más reciente fue un hombre en el estado norteamericano de Georgia.
Según informó el viernes el Departamento de Salud Pública de aquel estado a principios de este mes, las autoridades de salud pública de Nevada dijeron que un niño murió de la misma infección después de que probablemente entró en contacto con la ameba en Ash Springs, unas aguas termales a unos 160 kilómetros al norte de Las Vegas.
La Naegleria fowleri también se conoce como ameba comecerebros por los daños que puede causar en el cerebro humano.
La infección por esta ameba se produce cuando entra en el organismo a través de la nariz “durante actividades relacionadas con el agua” -como chapotear, nadar o sumergirse- y luego viaja hasta el cerebro, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La infección cerebral se denomina meningoencefalitis amebiana primaria, que según los CDC “suele ser mortal”.
La ameba es termófila, lo que significa que le gustan los ambientes cálidos, según los CDC.
La Naegleria fowleri es común en el medio ambiente, pero las infecciones son extremadamente raras, afirma Emma H. Wilson, profesora de ciencias biomédicas de la Universidad de California en Riverside. Sólo se dan unos tres casos al año en Estados Unidos.
La ameba se encuentra en todo el mundo en aguas dulces cálidas, como lagos, ríos y fuentes termales. También se encuentra en el suelo. No puede sobrevivir en agua salada y nunca se ha detectado en agua de mar, según los CDC.
La ameba también es moderadamente sensible al cloro, aproximadamente en el mismo rango que la giardia intestinalis, otro patógeno que puede contraerse a través del agua pero que suele ser mucho menos mortal. La ameba no puede sobrevivir en piscinas debidamente cloradas, pero se ha encontrado en raras ocasiones en piscinas que no estaban bien mantenidas.