Por: Aarón Quiñones
Este sábado por la noche un operativo de re-captura de internos fugados recientemente del penal de Ciudad Juarez, Chihuahua, alteró nuevamente la paz de la callada y tranquila ciudad colonial. En avenida Tornel a la altura de la colonia Insurgentes de la capital de Durango, “El Mayelo” y otro sujeto no identificado fueron abatidos, uno murió en la calle y otro mientras recibía atención médica. Este es el segundo hecho de relevancia nacional en el tema policiaco en la segunda quincena del primer mes del año.
Ocho días atrás, un operativo similar al que utilizaron para la re captura de Ovidio Guzmán en Culiacán Sinaloa, se presentó en un fraccionamiento de alto nivel socioeconómico de la entidad duranguense, ahí detuvieron a Gerardo Soberanes Ortíz, alias el G1, operador financiero del brazo armado del Cártel de Sinaloa en Durango, “Los Cabrera”.
Con un despliegue aéreo y por tierra elementos militares lo aprehendieron pese a la resistencia de uno de sus escoltas, frente a sus hijos. El autodenominado pastor en una conocida iglesia fue trasladado desde el aeropuerto de Durango hasta la Ciudad de México, donde una autoridad federal lo requiere, no se ha dicho cuales son los delitos pero se espera que los documentos que aseguraron en el domicilio de Cortijo Residencial Plus, involucren los movimientos financieros de la organización criminal y con ello otras cabezas importantes caigan.
En un paréntesis de este análisis, sorprende que “Los Cabrera” no hayan intentado rescatarlo, ese es tal vez la lectura más importante que se le da a este hecho.
Es de mencionar que el G1 es considerado muy cercano al Senador de Morena José Ramón Enríquez, mismo que alguna vez presentó a Gerardo en público como su compadre, también se le relaciona con otras figuras públicas de relevancia e incluso en el financiamiento de campañas políticas, sin embargo de eso no hay pruebas contundentes hasta el momento.
Posterior a ello, el ex alcalde capitalino Jorge Salum del Palacio, hizo declaraciones publicas y a través de sus redes sociales dio cuenta de importantes revelaciones, como que las corporaciones municipales y estatales están coludidas e infiltradas por la delincuencia organizada, algo que le trajo de nuevo la atención pública y la descalificación de muchos actores políticos por considéralo más como un recurso para posicionarse en una futura senaduría, sin embargo el ex municipe no está tan equivocado, lo malo es que no hizo nada cuando pudo, ahí perdió toda su credibilidad.
Hace unos días las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelaron un incremento de más de un punto porcentual en la percepción de inseguridad de los duranguenses, es decir de tres personas pasaron cuatro personas que no creen que su estado es seguro para vivir. Este porcentaje representa para algunos una variación mínima, casi imperceptible.
Empezando el año también los gobiernos de Estados Unidos y de Canadá hicieron públicas sus “warnigs” o sus alertas de viaje para sus ciudadanos, y para sorpresa de esos seis de cada 10 duranguenses que no creen que su estado es inseguro, el estado de Durango esta considerado como de alta peligrosidad para realizar un viaje de placer o de negocios. Muchos opinaron que no era necesario que se considere así a un estado con poca población y que no registra secuestros desde hace un par de años, pero no se equivoquen, por supuesto que se han registrado secuestros pero en los registros se han difuminado como desapariciones de particulares o extorsiones, además de los espantosos y vergonzosos feminicidios que colocan al estado a nivel nacional por el porcentaje en cada cien mil habitantes, sin mencionar la horrorosa alerta de genero que no se ha levantado en cuatro años en 16 municipios.
Todo lo anterior que quiere decir, pues que somos un estado violento e ignorante que voltea a ver otras distracciones para no asumir el problema. Las corporaciones están copadas hasta su más alto nivel desde el Poder Judicial, la Fiscalía, la Policía Estatal y la Municipal por la delincuencia que en supuesto “acuerdo” mantiene la paz en el estado, pero que en la realidad gobierna con mano de hierro las calles y deja a su paso una gran cantidad de zombis adictos al cristal. Demos gracias que estas organizaciones no han decidido introducir el fentanilo a una economía tan pobre como la de Durango, de lo contrario estaríamos hablando de un retroceso en cuestión de meses a la edad media.