Internacional
El presidente de Estados Unidos, junto con la primera dama, visitó a familiares de víctimas del tiroteo en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas.
El presidente Joe Biden y su esposa Jill, acudieron a Uvalde y fueron recibidos por una comunidad dolida que pidió ayuda al mandatario para regular la venta de armas, agradeció la solidaridad de ir a sentir la pena que viven 21 familias en una ciudad marcada por la masacre pero también les presentó sus reclamos.
«Haz algo», le gritaron al presidente los vecinos y visitantes que llegaron de comunidades aledañas a solidarizarse con los deudos. El mandatario les respondió: «¡lo haremos!».
Tras su llegada a Uvalde, el presidente Biden y su esposa, acudieron al memorial en la escuela Robb; ahí colocaron una ofrenda floral, mientras que Jill Biden tocó las fotografías con los rostros de los 19 pequeños y las dos maestras. Después se trasladaron a la iglesia, donde ante familiares de las víctimas, el presidente Biden les reiteró sus condolencias.
«Fue un momento de sanación», contó un familiar cercano a uno de los pequeños que perdió la vida. El sacerdote Juan Mireles pidió a los niños y niñas presentes en la iglesia que subieran al altar y ese fue el momento en el que las lágrimas se desbordaron con intensidad. «Haz algo», le pidieron nuevamente entre sollozos al presidente de una Nación que en menos de 10 días ha vivido dos masacres, la del 17 de mayo en Buffalo y 7 días después la de Uvalde.
La visita de Biden y su esposa pudo ser observada de lejos por algunos ciudadanos que se acercaban a la escuela, la iglesia o el centro comunitario donde se reunió en privado con familiares y socorristas.
La calle Old Carrizo donde se encuentra la primaria Robb, lució llena de gente que rodeaba la manzana. Largas filas de niños, jóvenes y adultos que, sin importar el intenso calor, hicieron fila para depositar flores, juguetes, velas, rosarios y pequeños muñecos de peluche al pie del memorial a las víctimas de Salvador Ramos, un joven de 18 años abatido por la policía, 70 minutos después de ingresar al plantel educativo y abrir fuego contra los pequeños y sus profesoras.
A partir del martes comenzarán los funerales de los 19 niños y niñas y las dos maestras y se espera que se prolonguen por varios días porque en esta pequeña ciudad solo hay dos funerarias.