El Museo Picasso de Barcelona presentó este lunes los resultados de los estudios técnico-científicos de las principales obras de su colección permanente del periodo azul del artista español, como Naturaleza muerta (1901) y Azoteas de Barcelona (1903), pintados sobre otras imágenes.

La muestra examina varios aspectos de los cuadros, desde el proceso creativo, los materiales constitutivos y la distribución de las capas de color, hasta la contextualización y la interrelación con obras del mismo periodo o de periodos anteriores, en el caso de las telas reutilizadas.

El director del museo, Emmanuel Guigon, resaltó que se trata de «un periodo determinante» de la obra del pintor, «muy bien representado» en este museo.

Abierta hasta el 4 de septiembre, la muestra presenta los trabajos de investigación desarrollados en colaboración con instituciones museísticas como la National Gallery of Art de Washington, que ha analizado las pinturas Bodegón y Jaume Sabartés con quevedos, ambas de 1901.

Los resultados de los análisis estratigráficos sugieren que el color de la capa subyacente es más vivo que en La mujer de la cofia (1901), tela también inspirada en una reclusa; y en ambos casos perfiló las figuras con moratón de Prusia, delimitando los campos de color que previamente había aplicado con pinceladas espesas.

En el caso de Naturaleza muerta (1901), los análisis permiten vislumbrar «una de esas parejas incomunicadas que Picasso pintó en ese momento«, según la comisaria.

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