Cultura.
La tercera edición de Los Premios Metropolitanos de Teatro ocurrió en el Teatro Ángela Peralta de la Ciudad de México. Destacó la ausencia de las instituciones.
Glamour, gala, compañerismo y mucha camaradería es lo que se percibió por la alfombra roja de la tercera edición de Los Premios Metropolitanos de Teatro que se entregaron la noche del miércoles en el teatro Ángela Peralta de la Ciudad de México. Actores, actrices, productores, escenógrafos, iluminadores; todo el gremio teatral se saluda y abraza sobre el encarpetado.
Antes de que arrancará la transmisión en vivo con la batuta del actor, cantante e influencer Alán Estrada, subieron al escenario la actriz y cantante Mariana Garza y el escenógrafo Sergio Villegas acompañados por representantes de sus patrocinadores. Después de los discursos protocolarios tocó el turno a representantes de asociaciones de los diferentes gremios que integran la comunidad teatral.
Los puntos sobre las is llegaron con el discurso de Samuel Sosa, presidente del Colegio de Productores.
Y su mensaje se extendió como un llamado a las autoridades. «Sueño con el día en que la Secretaría de Cultura entregué un premio Metro, sueño con el día en que el presidente de la República decida tomarse una tarde para ir a ver Aladdin con su familia, sueño en el día en que sea el coordinador nacional de teatro quien de estas palabras de bienvenida y no yo».
Después de aplausos de pie por parte de sus compañeros concluyó su participación: «¡Con o sin las instituciones, larga vida al teatro!». Fue entonces que arrancó la premiación con un opening que, al puro estilo de los premios americanos Tony, ya es una tradición de Los Metro.
«El teatro es tu destino», fue el título de esta apertura liderada por Alan Estrada y que contó con el acompañamiento de iconos del teatro musical en nuestro país como Anahí Allue y Mauricio Salas.
El evento, a diferencia de sus dos ediciones anteriores, parecía tener un tono más solemne y de momentos adquirió tonos políticos.
La celebración se lanzó hasta el final, cuando la compañía de Hoy no me puedo levantar subió al escenario para cantar el número La fuerza del destino, e integrantes de todas las generaciones de este musical que ha tenido dos versiones en su historia, invitaron a todos a cantar. La euforia fue la despedida y la promesa de volver el próximo año.