Y lo es, y lo es… quien no lo adivine tonto es

Por: Aarón Quiñones

El fenómeno de las volcaduras y muertes violentas por accidentes de tránsito de las últimas fechas en la capital no son responsabilidad de las autoridades de tránsito, ojo no se les está defendiendo simplemente hay que reconocer que la palabra accidente implica ello, el lugar y la decisión equivocada al mismo tiempo.

En Durango, y me atrevo a decir en todo México la cultura vial esta mal orientada a la preferencia del vehículo sobre el peatón, o al menos esa es la creencia popular, pese a que en los reglamentos se indica todo lo contrario. 

En nuestro país y en nuestra ciudad en particular entre más caro es el transporte mayor es el grado de prepotencia del que lo maneja, seamos honestos. El conductor de un vehículo de reciente modelo, de una marca reconocida, cree, por razones que desconocemos que tiene preferencia en todas las calles y avenidas de la ciudad, piensa que los semáforos no fueron hechos para el y que por ende está por encima de cualquier otro conductor y debe de llegar a su destino antes que los demás, es decir que su tiempo es más importante. Si usted es uno de ellos no me da a dejar mentir.

También existe el otro tipo de conductor, el que siempre tiene prisa, ese que tiene una fobia porque otro automóvil vaya adelante del suyo. No le gusta, se desespera y procura tener un automóvil que pisando el acelerador pueda sacarlo de esa situación.

Hay otro que por lo general no conduce mal, pero basta con que se tome un paquete de seis cervezas para que salga desde su recóndito ser, el llamado “complejo de narco” que los hombres del norte tenemos. Nunca falta un amigo así que tras una parranda le sube a todo el volumen a sus narco-corridos e intenta hacer piruetas con su Jetta chocolato.

Luego están el resto de conductores, hombres y mujeres que nunca hicieron el examen para sacar su licencia, eso si es toda culpa de la autoridad porque no existe un sistema que obligue a cada usuario del transporte a tomar una capacitación y pasar un verdadero examen, los que actualmente se hacen no representan un reto a las capacidades como lo representan al bolsillo por el costo de una licencia.

Finalmente están los conductores profesionales, choferes de camión, taxi y repartidores de motocicleta que todo el día circulan por nuestras calles con presión por cumplir un itinerario, llegar a un lugar y entregar la mercancía, pero también con mañas añejas de intentar subir pasaje en el arroyo de circulación, nunca detenerse por completo o hacerlo en lugares prohibidos, rebasar por el carril izquierdo, pasarse altos y demás.

Todos los anteriores son los responsables de las volcaduras y atropellamientos que dejan muertos en nuestra ciudad. Un factor común en todos los siniestros, las desiciones equivocadas en los momentos equivocados. La autoridad no puede estar arriba de usted para que pise el freno en el momento adecuado o no beba esas cervezas demás, somos nosotros quienes tomamos las malas desiciones y luego pedimos que la “policía” actúe.

La única estrategia que esta funcionando para disminuir el número de accidentes en todo el país es la adoptada por el Gobierno Federal. Apoco cree usted que eso de que suban los combustibles no es a propósito, por supuesto que no. Con un número menor de unidades en la calle hay menos accidentes y además se procura la salud de los mexicanos que vamos a tener que caminar para ir a trabajar.

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