El teleférico fue cerrado en 2014 y tuvo una renovación que terminó hasta 2016, cuando volvió a dar servicio.

Catorce personas, incluidos algunos extranjeros, fallecieron hoy al precipitarse la cabina del teleférico alpino en la que viajaban junto al Lago Mayor, en el norte de Italia, y un niño se encuentra en estado crítico, en una tragedia ocurrida en uno de los lugares más bellos del país que ha causado una gran conmoción entre los italianos.

La cabina del teleférico que conecta las estaciones de Stresa y Mottarone, en un espectacular paraje de montaña de la región de Piamonte, cayó al vacío estrellándose en un bosque, debido al desprendimiento de un cable de sujeción y a que no funcionaron los mecanismos de seguridad previstos, según los carabineros presentes en el lugar.

Entre las víctimas “hay algunos extranjeros, pero las operaciones de identificación aún están en curso”, aseguró el teniente coronel Giorgio Santacroce, comandante de la unidad operativa de los Carabinieri de Verbania.

Aunque no se han facilitado detalles sobre los fallecidos, algunos medios hablan de la presencia de turistas alemanes. De hecho, las operaciones de rescate continúan horas después del accidente, ocurrido sobre las 13:00 hora local (11:00 GMT), también para ayudar a la investigación judicial abierta por la fiscalía de Verbania, que ha decidido requisar la instalación, cuyos responsables insisten en que se encontraba en excelente estado y que todos los controles efectuados eran correctos.

El presidente de la región, Alberto Cirio, se encuentra reunido con los responsables de los Bomberos y la Protección Civil para analizar lo ocurrido, sin que por el momento haya trascendido información oficial sobre la causa del terrible accidente.

Dos niños, de 9 y 5 años, sobrevivieron al impacto y fueron trasladados en helicóptero hasta el Hospital Reina Margarita de Turín, donde fueron intervenidos por numerosas fracturas y traumatismos. Uno de ellos falleció horas después y se teme por la vida del otro, según los médicos.

La cabina se encontraba a 300 metros de la estación de llegada, en Mottarone, y a 100 metros del último pilar, en uno de los puntos de mayor altura del teleférico, que, debido a las restricciones por la pandemia, solo permitía la entrada de 15 pasajeros por habitáculo, cuando habitualmente podían ir hasta 40.

El teleférico había sido cerrado en 2014 para ser sometido a una revisión general. Completamente renovado, se reinauguró en agosto de 2016 tras unas obras que costaron 4 millones de euros y que incluyeron la sustitución de motores, cuadros eléctricos, equipos electrónicos y transformadores. Tras los meses de confinamiento por la pandemia, había reabierto sus puertas el pasado 24 de abril.

También el presidente del Gobierno, Mario Draghi, expresó su “profundo dolor” por la tragedia y, junto al pésame a las familias, envió “un saludo especial a los niños gravemente heridos “. Draghi y el ministro de Infraestructuras y Movilidad Sostenibles, Enrico Giovannini, han estado en contacto permanente con las autoridades locales y los equipos de Protección Civil presentes en la zona.

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