Nueva postura se enfoca en aguas residuales de Tijuana y el veto al camarón de México.

¿Qué tienen en común las aguas residuales de Tijuana y el veto estadounidense a la importación de camarón pescado en México?

Las respuesta tiene dos capas. Una, la simple, la que está a la vista: ambas situaciones derivan de problemas que chocan con leyes o situaciones ambientales en Estados Unidos.

Pero en un segundo nivel, pueden ser vistos como el tipo de complicaciones que pueden ocurrir en la relación con EU, con base en los intereses políticos del presidente Joe Biden.

La situación del río Tijuana llevó ya a pedidos en el Congreso estadounidense por la intervención del Departamento de Estado para construir la infraestructura necesaria para mantener las aguas negras  acordes con el crecimiento de población, y evitar que contaminen las costas de San Diego.

Michael Regan, director de la Agencia de Protección Ambiental estadounidense, aseguró que ya ha hablado con su contraparte mexicana sobre la urgencia del tema. «Necesitamos su ayuda desesperadamente», dijo el diputado demócrata Scott Peters.

El caso del camarón es un problema viejo de cumplimiento de leyes estadounidenses para protección de tortugas, que prohíbe la importación de productos marinos pescados con métodos que resultan en la muerte de esos ejemplares. 

Las autoridades mexicanas indicaron que ya están en contacto con los pescadores de varios puertos del Pacifico para resolver el problema.

Pero ambos temas, ponen de relieve el interés de Biden en mantener la agenda ambientalista más fuerte que haya presentado cualquier otro candidato de un partido político en la historia estadounidense.

Biden siempre había planteado propuestas moderadas, y muchos de los grupos ambientalistas lo consideraban como el menor de los males en un campo político donde el medio ambiente era ignorado.

Pero la importancia que Biden da al tema reflejó también el interés de los estadounidenses, en especial de los votantes demócratas. Fue un factor para mantener el interés y el voto de la izquierda demócrata, en especial los partidarios de Bernie Sanders y Elizabeth Warren.

La agenda ambientalista del gobierno plantea la cuestión del clima como una prioridad y rebasa la idea de moderación que se le atribuía a Biden.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *