«Nosotros estamos en este país y yo creo que no le hacemos daño a nadie, sino que venimos a trabajar y a salir adelante por nuestros hijos».
Un grupo de inmigrantes conformado por hombres, mujeres y niños se reunió a las afueras de la residencia de Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, para manifestarse por los derechos de los indocumentados y pedir el fin de las deportaciones.
Las personas también protestaron por la detención de niños migrantes, que han visto un drástico aumento en los últimos dos meses. También pidieron una vía que garantice un estatus legal o la nacionalidad a millones de indocumentados y a los trabajadores considerados esenciales.
«Por favor, pare las deportaciones, dé algún permiso de trabajo, una ciudadanía, algo, porque nosotros estamos en este país y yo creo que no le hacemos daño a nadie, sino que venimos a trabajar y a salir adelante por nuestros hijos», pidió Verónica Gasca a la vicepresidenta.
Varias de las personas que se manifestaron frente a la casa de Kamala Harris tienen difíciles historias relacionadas con la migración a Estados Unidos.
Por ejemplo, Verónica Gasca llegó a Estados Unidos a los 11 años para reunirse con su padre, pero después de arribar al país descubrió que su papá había sido deportado a México. Actualmente, con 28 años de edad, tiene más de 15 años que no lo ve.
Ella asistió a la manifestación acompañada por sus dos hijas nacidas en EU, y no pudo contener las lágrimas cuando recordó el hecho. Asimismo, Gasca sabe que lo que le pasó a su padre también le puede pasar a ella, con lo que dejaría solas a sus hijas.
“Puede ser que el día de mañana yo salga y me lleguen a arrestar o a deportar y ¿con quién se quedan ellas?”, se preguntó.
Ella pide a Biden una reforma migratoria y que permita que los niños migrantes detenidos puedan reunirse con sus familias.